Una evaluación oportuna puede prevenir complicaciones y mejorar su calidad de vida.
Miopía
Dificultad para ver de lejos. Suele controlarse con lentes y hábitos visuales.
Astigmatismo
Visión distorsionada por curvatura irregular de la córnea. Mejora con lentes adecuados.
Hipermetropía
Cansancio visual y dificultad de enfoque cercano. Requiere corrección óptica.
Cataratas
Opacidad del cristalino que afecta la nitidez. Revisión y derivación a tiempo.
Glaucoma
Daño del nervio óptico. Control periódico es clave para evitar pérdida visual.
Ojo seco
Sequedad e irritación ocular. Higiene palpebral y lubricación indicada.